
La tierra no nos pertenece. Nosotros pertenecemos a ella.
El Ecuador es un referente mundial en el reconocimiento de los derechos colectivos y de la naturaleza, no solo por lo que establece su Constitución, sino por el marco filosófico que lo sostiene: un modelo plurinacional e intercultural que rompe con la tradición occidental del derecho individualista y antropocéntrico. Este enfoque busca una convivencia justa, armónica y respetuosa entre los seres humanos y la Madre Tierra, integrando las voces y saberes de los pueblos originarios que habitan el país desde tiempos milenarios.

Ecuador es plurinacional.
Reconoce la diversidad de pueblos y culturas como parte esencial del Estado.

La naturaleza tiene derechos.
No es un recurso, es un ser vivo con derecho a existir y regenerarse.
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La interculturalidad une.
Fomenta el respeto y el diálogo entre diferentes formas de vida y pensamiento.